Los perros y las fobias.

Un 20% de los perros domésticos sufren algún tipo de fobia. Algunas se presentan en el período crítico de socialización (aprox. 4 meses) y otras no aparecen hasta los 2 años. Cualquier fobia es un problema serio, diagnosticarla es difícil y el tratamiento dependiendo del tipo de fobia no siempre es efectivo.

Que es fobia? tener pánico o terror a un estímulo en concreto.

Algunas fobias caninas:

- Ruidos en las calles, camiones, motos..
- Tormentas, cohetes..
- Aspirador, secador pelo, fobia al agua, rejas alcantarillado..
- Visitas, Niños etc etc....


La autolesión, conductas destructivas, agresividad por miedo, ansiedad por separación etc... son compañeros de la fobia en muchas ocasiones.
Hay muchos perros que solo tienen fobia a ruidos parecidos a los truenos y cohetes, mientras que otros se bloquean simplemente con el ruido de un objeto cayendo en el suelo.

Existen las fobias innatas y las adquiridas.
Las primeras son las mas peligrosas porque pueden complicarse y extenderse en otros miedos a lo largo de la vida del perro, suelen aparecer cuando el período crítico de socialización está finalizando.

Las fobias adquiridas son las que aparcen cuando el perro reacciona con miedo ante un estímulo en concreto... la mayoría de las veces somos nosotros los responsables de que este miedo evolucione y se convierta en fobia.

Esta conducta de miedo tiene que ver con:

- El factor genético, si ya tiene un temperamento innato miedoso.

- Malas experiencias, se puede asociar la fobia a un episodio desagradable que experimentó el perro con dicho estímulo. Aunque en otras ocasiones la falta de exposción a ciertos estímulos también puede ser desencadenante de fobia.

- Intensidad de percepción.

- Falta de socialización.

- Los propietarios la mayoría de las veces con su instinto protector actuan como refuerzo del miedo y agravan mucho el problema.

- Utilizar el castigo o violencia produce mas exitación y ansiedad en el perro.

Tratamiento:

El objetivo es habituar al perro a tolerar "su miedo".
Dependiendo de si es algo que va para largo o no, en la mayoría de las veces se suele trabajar conjuntamente con fármacos y reeducación, exponiendo al perro en "dosis" muy bajas al estímulo que le provoca miedo y conforme lo va tolerando se va incrementando la "dosis", siempre y cuando no responda con miedo.
Es una tarea lenta, que necesita de mucha paciencia y ser guiada por un profesional.