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miércoles, 5 de noviembre de 2008

Historia de una niña que fué criada por perros salvajes.


Oxana niña criada por manada de perros salvajes

En agosto de 1992, una tímida niña de 8 años, llamada Oxana Malaya, fue descubierta y llevada a la Clínica Baraboy en Odessa para niños discapacitados en el sur de Ucrania. Había vivido durante 5 años con una manada de perros salvajes. Ahora es una mujer de 24 años.

Oxana nació el 4 de noviembre de 1983 en Novaya Blagoveschenka. Sus padres, alcohólicos, cuando tenía 3 años la dejaron (o, demasiado borrachos, se olvidaron de ella) en la parte trasera de su casa, viviendo en la caseta del perro, y terminaron desapareciendo y abandonándola allí.
La niña fue cuidada por los perros salvajes de la zona adoptando sus conductas y modales. Se comunicaba por medio de ladridos y gruñidos, andaba “a cuatro patas”, jadeaba, dormía acurrucada como un perro, comía carroña y carne cruda y tenía unos sentidos de la vista y el olfato extremadamente agudos.

Después de 5 años, un vecino descubrió la situación de la niña e informó a las autoridades. Había pasado tantos años privada de estimulación intelectual y social que a Oxana le resultó muy difícil adquirir habilidades sociales y emocionales. Tampoco le fue fácil aprender el lenguaje, que nadie le había enseñado durante 5 años. No sabía lo que era un espejo y no reconocía su imagen reflejada.

Los especialistas que la atendieron le enseñaron el lenguaje humano al que al principio respondía con ladridos y monosílabos, evitaba el contacto con niños, pero era super feliz cuando estaba con perros. Con el transcurso de los años aprendió a hablar con rapidez, ya que seguramente había estado expuesta al lenguaje humano cuando se movia con su manada.No obstante, aún conserva ciertos rasgos de conducta canina, profundamente arraigados en su psique. Cuando se encuentra muy estresada, vuelve a su pasado. Duerme acurrucada como un perro y, cuando está sola, le gusta corretear con los perros “a cuatro patas”.

Los perros le dieron compañía, atención y aceptación y ella aprendió a adaptarse a sus normas y comer carne cruda y desperdicios del vertedero.

Físicamente es una mujer sana, algo bajita, con la edad mental de una niña de 6 años. Otro especialista, el Dr. Vladimir Nagorno, señaló que había que “encontrar una ocupación adecuada para ella […] algún tipo de ocupación útil y tener en cuenta que nunca se comportará como una persona completamente normal” y añadió “sólo es capaz de vivir esta vida práctica en esta comunidad, bajo la supervisión de sus cuidadores”.

Oxana se encuentra muy a gusto trabajando en la granja de la Clínica, cuidando vacas, y dedicándose a la horticultura. Es una chica alegre, con gran sentido del humor y muy afectuosa. Desgraciadamente, recuerda su triste pasado e incluso los “motivos” que llevaron a sus padres a dejarla fuera de su casa: ‘mamá tenía demasiados niños. Nosotros no disponíamos de suficientes camas, por lo que me llevó hasta el perro y comencé a vivir con él’

Hace algún tiempo, se reencontró con su padre, al que no veía desde que él la abandonase con 3 años. Le perdonó y afirmó que ella era una persona “deseosa de afecto y bondad”, que quería respetarlo sin importarle el tipo de persona que hubiera sido.

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