Cuento

Un carnicero estaba apunto de cerrar la tienda cuando vió entrar un perro. Trató de espantarlo pero el perro no se iba. Intentó otra vez echarlo pero se dió cuenta de que traía un sobre en el hocico. Con curiosidad el carnicero abrió el sobre y encontró un billete de 20€ y una nota: ¿Podría mandarme con el perro un kilo de carne picada y medio kilo de pierna de cerdo?.


El carnicero asombrado tomó el dinero, colocó el pedido en una bolsa y se lo dió al perro, pero olvidó darle el cambio. A lo que el perro empezó a gruñir y mostrarle los dientes. El carnicero al darse cuenta de su error puso el cambio en la bolsa, el perro se calmó y cogiendo la bolsa se fué.

El carnicero impresionado y curioso cerró la tienda y siguió al perro. Este último bajó por la calle, paró en el semáforo en rojo hasta que se puso verde y se dirigió a una parada de autobús donde esperó hasta que vió el autobús que necesitaba. A todo ésto el carnicero le seguía de cerca.

Subió, se sentó en el asiento y cuando se acercaba a su parada tocó el timbre de aviso. Bajó del autobús caminando por la calle hasta se detuvo en una casa, puso la compra junto a la puerta y retirándose un poco se lanzó contra ésta golpeándola fuerte. Lo repitió varias veces y nadie respondió.

Dió la vuelta rodeando la casa, saltando la cerca y dirigiéndose a una ventana. Tocó con sus patas el cristal pero nada, todo esto sin soltar la bolsa de su hocico. En ese momento un hombre abrió la puerta y comenzó a golpear al perro.

El carnicero corrió hasta él para imperdirlo diciéndole:
Por Dios, amigo que es lo que está haciendo? Si su perro es un genio!! es único!!

El hombre molesto respondió: que genio ni que leches!! Esta es la segunda vez en la semana que al muy estúpido se le olvidan las llaves...... y yo en la ducha!!

Moraleja: Por mas que te esfuerces y cumplas mas allá de tu deber en el trabajo, a los ojos de tu jefe siempre estáras por debajo de lo que él quiere.