El cerebro de los perros conforme envejecen sufre un daño oxidativo leve que es normal pero contínuo, mermando sus sentidos y su comportamiento al igual que ocurre en los humanos y que podemos definir como "alzheimer canino". Algunos especialistas indican que se puede combatir o ayudar a ralentizar los síntomas a través del tratamiento nutricional. El 50% de los perros a partir de 7 años de edad sufre cambios en su comportamiento y sólo el 12% de los dueños es consciente de ello y hace algo para remediarlo, lo notifica al veterinario.
Los síntomas no son fáciles de diagnosticar, algunos de los cambios de comportamiento pueden ser:
-Desorientación: se pierde por la casa o camina sin rumbo fijo por lugares familiares, no reconoce a los familiares, pierde los hábitos diarios, se queda mirando al vacio, disminuye su capacidad de alerta.
-Disminución de la interacción: pierde interés en saludarnos y en que lo saluden, juega apenas con nosotros o con otros perros y no responde a cosas que antes le encantaban, no reclama atención.
-Alteraciones del sueño: duerme mas durante el día y menos por la noche, deambula por la casa de noche y ladra sin sentido.
-Pérdida de los hábitos higiénicos: no nos pide salir a hacer sus necesidades, hace caca o pipi en casa, no controla sus evacuaciones.
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